La semana pasada vivimos en NAWI una experiencia tan rica como educativa. Durante dos días, nuestros alumnos y alumnas se metieron de lleno en el mundo de la cocina y prepararon, en equipo, una auténtica tortilla de patatas. Aprendieron a pelar y cortar patatas, batir huevos y organizarse juntos para que todo saliera bien. Y sí, hubo algún reto por el camino: manejar el pelador, conseguir el corte perfecto o decidir cómo repartir las tareas… pero el resultado final fue fantástico y todos terminaron orgullosos de lo que habían logrado.

La cocina es un lugar ideal para aprender más allá de los contenidos académicos. Allí se desarrollan la cooperación, la creatividad, la responsabilidad y la capacidad de tomar decisiones. Por eso os animamos a que también en casa les dejéis participar en recetas sencillas, descubrir nuevos sabores y explorar la cocina como espacio de aprendizaje en familia. ¡Es divertido, práctico y fortalece su autonomía!